Históricamente
Contemporáneamente
A pesar de lo anterior, diversos estudiantes, profesores y trabajadores de las Universidades seguimos pensándonos una universidad y una educación; pero sobre todo una sociedad diferente. Acorde a lo que se nos propone en el manifiesto: “si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho a la insurrección”[1], seguimos creando espacios de debate critico ante lo que nos parece que está mal en la sociedad: las injusticias, las desigualdades, los sistemas de dominación, la deshumanización de la vida, la mercantilización de la educación, y lo más preocupante del hombre y la mujer.
Por ello, reclamamos una responsabilidad histórica que tiene la universidad frente a las problemáticas de la sociedad; que la asumimos, haciéndosenos reconocer como sujetos y sujetas políticas, que saben de qué están hablando, que se piensan la sociedad, y que propone ante las problemáticas que tiene ésta.
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