Desconocer la importancia de la tierra y la producción agrícola en la sociedad colombiana es un acto de ceguera que, paradójicamente, ha sido el común denominador tanto en la academia como en la política gubernamental, habiéndose relegado “como resultado de las tendencias que se impusieron desde mediados de los años 80 en la política económica de una gran mayoría de países. (Empero), recientemente debió (reconsiderársele), dada la incidencia que tenía gran número de factores de base rural sobre el desempeño político, económico y social de la nación y sobre sus perspectivas1”; acerca de este último punto queremos hacer hincapié en la innegable conexión entre los conflictos agrario, armado y social, por lo que es (debería ser) imposible hablar de pos-conflicto en Colombia sin hablar de reforma agraria.
La teoría económica contemporánea ha puesto su énfasis en la llamada sociedad del conocimiento y el sector terciario de la economía, y así “se dice (…) que la tierra ha perdido importancia como factor productivo y que el acceso a la misma no genera poder económico, ni político; por tanto, los esfuerzos encaminados a su redistribución serían una inversión inútil, que no lograría otra cosa que crear ´pobres con tierra´”2. Consideramos que nada podría estar más alejado de la realidad y, consecuentemente, nos hemos propuesto dinamizar el estudio de la problemática agraria en la Facultad de Ciencias Económicas, retomando la herencia intelectual de autores que –como Jesús Antonio Bejarano y el mismo Antonio García Nossa, asumieron su compromiso como académicos de la Universidad Nacional, dedicándose al análisis de los fenómenos que son propios de la nación.
Como insumo para esta iniciativa estudiantil, y en espera de una respuesta institucional (la apertura de una “línea” agraria en los planes de estudio de la facultad), nos disponemos a desarrollar un seminario permanente a lo largo del próximo semestre, cuyos ejes temáticos diseñaremos y programaremos con la ayuda de académicos que han demostrado su interés en acompañar el proceso, y que –esperamos– han de girar en torno a la historia de la política y la legislación sobre el campo y la ruralidad, los conflictos por la tierra y las movilizaciones sociales que ésta haya generado, así como las consecuencias económicas y sociales del modelo de desarrollo agrario en boga (el desarrollo rural), en relación esto último con la soberanía alimentaria del pueblo colombiano, y con el fenómeno del desplazamiento forzado como indicador de una estructura agraria problemática.
Metodología de Trabajo:
Un Seminario propuesto con 12 sesiones en las cuales, el grupo encargado de cada una abrirá la sesión con una presentación del espacio en la que se destaquen una serie de preguntas que pretendemos sean discutidas por los ponentes a lo largo de su intervención. Cada sesión implicará una bibliografía mínima que será de carácter opcional para los asistentes, con el ánimo de enriquecer la sesión con las inquietudes y expectativas que estos puedan tener. Dentro del tiempo que es de tres horas, dos ponentes desarrollarán el tema propuesto y seguidamente se dará lugar a un espacio participativo, puesto que es importante tener en cuenta que los espacios van a estar dirigidos por los mismos estudiantes que desarrollan trabajo en temáticas particulares en cada uno de sus grupos de trabajo.
Consideramos igualmente la importancia que tiene la escritura en un ámbito académico, por lo que, tanto en la inauguración como a lo largo del seminario, estaremos incentivando a los asistentes a que participen en la escritura de una ponencia frente al eje temático del seminario que esté interesado en profundizar, de modo que se puedan premiar las cinco mejores ponencias cuyo estímulo y reconocimiento se hará por medio de textos de literatura sobre la cuestión agraria; así mismo promover para el semestre siguiente al del seminario una publicación con las mejores 10 ponencias que surjan de entre los asistente al seminario.